La salud social es un concepto comunitario, no tanto individual, aunque las consecuencias pueden afectar de manera equivalente a ambas esferas. Por esta razón, desde muy temprana edad, deben impartirse cursos y materias que les enseñen a los niños relacionar de manera sana con sus cercanos y las demás personas.
Además de afianzar los lazos y la confianza con las personas del entorno, es primordial enseñar los factores que pueden determinar que una persona tenga una salud social deficiente. Es decir, deben dejarse en claro los factores socio-culturales, económicos y políticos que pueden desequilibrar esta condición de salud.
Una vez los niños o adolescentes tengan en claro cuáles son estos factores, habrá que enseñarles a desarrollar estrategias de vida que subsanen problemas relacionados, si es que existen. Si los estudiantes ven situaciones de salud social deficiente en su entorno, entonces deben saber que pueden contribuir para mejorar dichas situaciones. Para tales fines, deben contar con las herramientas necesarias, tanto mentales como sociales.
Además, debe enseñarse la integración, la inclusión y la tarea de crear comunidad, para disminuir los factores de la deficiencia de salud social al mínimo.
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