¿Qué relación puede existir entre la salud general del cuerpo, los implantes mamarios y la salud social? Pues los implantes responden, en muchos casos, a una necesidad estética cuando los senos se ven sometidos a cirugías mayores y hay que extirpar una gran parte de estos. En estos casos, más allá del equilibrio estético, la salud mental de la paciente se ve protegida, ya que esta operación puede traer estragos mentales a quienes la experimentan. De igual modo, la salud mental de la paciente se proyecta en su entorno social, lo que puede traer beneficios o desventajas.
Sentirse parte de la sociedad es una de las aspiraciones más buscadas por los individuos de todo grupo humano, pues entre los objetivos está ser parte integral de un funcionamiento colectivo, a la vez que individual, lo que define la posición de la persona en el contexto social. La estética es un aspecto más que relevante al respecto, ya que nos comunica con lo conocido, lo cercano.
Las mujeres que usan implantes como los de https://motiva.health/es/ responden a este criterio, en el que después de una operación de reconstrucción se sentirán como si nada hubiese pasado. Su inserción en la sociedad será natural. De igual modo, las mujeres que acceden a este tratamiento por fines estéticos también buscan sentirse mejor con ellas mismas y encajar en un grupo social, lo que incrementará su estado de ánimo, la seguridad en sí mismas y el desplante en el entorno social.
Lamentable, la respuesta es no. Las mujeres con implantes como los de https://motiva.health/es/, ya sean anatómicos o redondos, no encuentran un gran apoyo moral o financiero cuando se someten a este tratamiento. Al menos en los casos en que las pacientes han sufrido enfermedades como cáncer de mamas y debe someterse a una cirugía de reconstrucción, el Estado o grupos sociales pueden ofrecer algún tipo de ayuda para que los implantes de senos se realicen a la brevedad.
Sin embargo, la sociedad aún tiene bastantes prejuicios respecto a los implantes como los de https://motiva.health/es/, ya que se vislumbran como una necesidad superficial. Pero nada más lejos de la realidad. El equilibrio orgánico es vital para la salud, tanto del paciente como del entorno social y buscar su punto debe ser una prioridad de los ministerios encargados de la salud.
Con cierta justicia, la gente en general acepta cada día más los implantes, pues reconocen que las personas que los usan tienen sus razones para hacerlo. Entre más gente reconozca esta decisión, más pronto se creará una salud social estable que apoye y no juzgue estos tratamientos.
Dejar una respuesta