Más allá de lo que sea posible aprender en las escuelas o centros de estudios, las estrategias de adaptabilidad con el entorno y la autogestión ante los cambios del ambiente se aprenden, principalmente, en el hogar y con un trabajo de autocrítica.
Los padres son la principal fuente de conocimiento respecto a cómo un individuo puede y debe comportarse para subsanar los problemas de adaptabilidad social. La respuesta ante los fenómenos externos, la aceptación de las diferentes culturas y la capacidad de enfrentar nuevos retos es una cualidad que se desarrolla en el hogar y con el paso de los años.
Todo individuo debe ser capaz de someterse a situaciones en las cuales no se encuentra cómodo, para un desarrollo personal que mejore su situación personal. De esta forma, puede promover una mejor inclusión, tanto para él como para las personas naturales del entorno.
Además, la resiliencia ante los fracasos contribuye a mantener la salud social en equilibrio, ya que ante la falta de oportunidades laborales, o el difícil acceso a servicios de primera necesidad, esta puede ayudar a mantener la mente enfocada en los resultados y el mejoramiento de las condiciones.
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